miércoles, 26 de junio de 2013

Cómo ayudar a los primeros lectores

Ilustración: Mónica Carretero


Esta mañana he rebuscado entre los cuentos de las hadas para hacer un préstamo especial a uno de sus amiguitos que todavía no ha descubierto lo divertido que es leer. Su mami, una de mis grandes amigas, anda preocupada porque el pequeño que acaba de cumplir 7 se ha cerrado en banda a la lectura. "No sé qué hacer, en el cole dicen que tiene que leer y cuando le insisto, tenemos una mala tarde".
No he podido más que lanzarme en su ayuda y de paso me ha salido este post, porque el verano es sin duda la época más propicia para animar a los más pequeños a la lectura. ¿Difícil? no. Esta mamá lectora de hijas lectoras os deja con cariño algunas recomendaciones sobre cómo ayudar a los primeros lectores.

"A mis hijos no les gusta leer". Imposible. Eso es que todavía no han descubierto lo divertido que es y no ha caído en sus manos el libro que les abra las puertas al fascinante mundo de la lectura. Veréis, igual que cuidamos su alimentación desde que son bebés y vamos introduciendo los alimentos que han de tolerar, igual que primero llevan ruedines en sus bicis para después lanzarse sin ellos cuesta abajo, igual que seleccionamos los dibujos que ven según su edad o los deportes que practican, igual debemos cuidar e ir seleccionando lo que leen.
A cada edad, su lectura. La pequeña Pizpireta no puede leer todavía los libros de "Los cinco" que lee su hermana, porque se cansaría o los de "La Banda de Zoe" que chiflan a Pitagorina, por muy bonitos, ilustrados e impactantes que le resulten.  Si lo hiciera, se sentiría frustrada porque le costaría avanzar o no entendería bien los diálogos. Suelo perderme un buen rato en la librería o quedarme en la biblioteca buscando los cuentos apropiados para ellas. 
A los niños que empiezan a leer hay que proporcionarles cuentos que les gusten y sean de su agrado. No excesivamente largos y con una caligrafía apropiada. 
En casa, igual que tiene juguetes y colores a su alcance, debe tener los cuentos y libros amano. 
La lectura siempre debe ser un momento agradable, jamás debe constituir un motivo de enfado. "Tienes que leer o no hacemos esto..., si lees puedes ver los dibujos". Buscad un rato del día y sentaros juntos a leer. Primero puedes empezar tú la lectura de un nuevo libro, con emoción e interés y entonando adecuadamente, después ellos y así sucesivamente. La tan repetida frase "si tú lees, ellos leen", es bien cierta, aunque cada niño tiene su ritmo de lectura, su madurez y despertar a las letras. Leer al final se convierte en un hábito, en un deporte saludable que hay que practicar. No todos nuestros hijos van a ser atletas olímpicos de la lectura. La pequeña Pizpireta no lee  ni la mitad de lo que lee su hermana y ambas viven en la misma casa, pero tiene el buen hábito de no poder dormirse sin leer un cuento. Todavía es pequeña pero sé que un día llegara ese libro que la cautive. Piratas, dinosaurios, princesas, bailarinas, barcos... no dejes de buscar cuentos que puedan ser de su interés. Llévalos a la biblioteca, déjalos palpar los libros en las librerías. Leed juntos. Mucho mimo y paciencia que para algo son primeros lectores.


domingo, 23 de junio de 2013

Reciclando con amor



Tan sencillo como tener un bote de conservas, hilo de pescador y flores en el jardín. Improvisando unos bonitos jarrones nos hemos entretenido de lo lindo las hadas y yo. Me pregunto si todavía estaré a tiempo de hacerme jardinera. ¡ Lo que me gustan las plantas y flores!, puedo pasarme largos ratos arreglándolas, mimándolas o mirándolas. Hoy en cosas bonitas que me encuentro, os dejo esta idea horneada en el túnel. 


¿y ahora qué hacemos?

http://www.susanestellekwas.com/home.html
 Leer, jugar, bañarnos en la playa, montar en bici,    descansar, aprender a montar en patines, dibujar y pintar, cocinar, soñar, reír, disfrutar, pasear, descubrir, inventar, aburrirnos, dormir, cantar, ver la luna y contar estrellas, viajar, comer sandía y mancharnos de helado, contarnos un cuento, hacernos fotos, meter los pies en el frío río, pescar, cazar mariposas... Ser niños, que el verano es nuestro y los recuerdos después son imborrables.

jueves, 20 de junio de 2013

Porque para mimar hay que mimarse

Ilustración de Alicia Varela



Acabo de encontrarme con esta preciosa ilustración de Alicia Varela y he pensado: upps, tal cual me siento hoy, con ganas de brindar conmigo misma. Así que la comparto con vosotros por eso de que para querer hay que quererse y para cuidar, cuidarse y para mimar, mimarse. Ahora que acaba el curso, brindo conmigo misma por todo lo que hemos trabajado, organizado y preparado. Brindo conmigo la mamá, la mujer, la esposa, la amiga, la blogera, la vecina, la hija, la hermana y todas esas mujeres que hay dentro de mi y que ahora necesitan un poco de descanso. Brindo por las lentejas que se me han quemado, por los enredos de pelos, por las divisiones de dos cifras, por los vengaquenollegamos, por las meriendas, por los dormirosya, por las noches de plancha y las mañanas de ojeras, por los posts del túnel, por los festivales, por las extraescolares y por el policía que hace la vista gorda cuando aparco encima de la acera porque "solo es un momento que no encuentro aparcamiento". Llego victoriosa a final de curso. Verano, espérame, que voy a buscarte ahora mismo.

jueves, 13 de junio de 2013

En aquellos primeros años...


Editando fotos. ¡Tengo miles¡. Me paso el día haciendo intantáneas, cámara o teléfono en mano. ¡Soy el Paparazzi más tenaz de mis hijas!.No hay momento que no me parezca importante, que no me quiera quedar. Vacaciones, excursiones, Navidades, cumpleaños, pero también un día cualquiera o "esperad, esperad, que al lado de esas flores estáis preciosas....mamaaaá, qué pesada estás con las fotos". El problema viene luego, cuando tengo que clasificar, editar e imprimir las más bonitas. ¡Son todas preciosas!. Bueno, todo esto para deciros que se acercan las vacaciones y que miro a mis hijas y me maravilla pensar que viven ahora su edad más preciosa. Y me han venido unas palabras leídas y bebidas en El Dios de las pequeñas cosas (Arunhati Roy. Anagrama) y aquí comparto:

En aquellos primeros años amorfos en los que la memoria apenas se había iniciado, en los que la vida estaba llena de Comienzos y no tenía Finales y todo era para siempre...



martes, 11 de junio de 2013

El Supermercado me declara la guerra y yo con Alergia

Os pongo en situación. Este año Alergia ha entrado en mi vida. Así, sin más, sin preguntar si yo quería tenerla o no a mis treinta y tantos. Y viene a irritarme los ojos hasta el llanto y a dejarme sin respiración. Ahora que yo podría estar disfrutando de mi jardín y del cuidado de mis plantas, afición que adoro, mando a las hadas a regar porque Alergia me recluye tras los cristales. Esta tarde Alergia se ha puesto las botas conmigo y yo que tenía mil compromisos que atender no he podido más que parapetarme en mis amplias gafas de sol y agarrarme al paquete de kleenex. Abatida me tenía en el Supermercado, arrastrada diría yo. Para cuatro cosas que he entrado a comprar, Alergia parecía tenerme paralizada ante los estantes. Y es que, digo yo, con lo fácil que era antes ir a comprar. La leche era leche, el pan, pan y los huevos, pues eso, huevos. No es que no me encante la variedad a escoger, es que cuando tengo prisa o me encuentro mal (hoy era el caso), siento que toda la industria de consumo está contra mi. 
Ilustración: Nathalie Jomard
Parada en el pasillo de la leche: entera, semi, desnatada, con omega, con calcio, sin lactosa, de crecimiento, sin colesterol.
Parada en el pasillo de los huevos: camperos, con omega, de crianza silvestre, enjaulados diferentes tallas.
Parada en el pasillo de champú (este es el peor): cabello normal, liso, rizado, encrespado, con caspa, liso y sedoso, ondulado, graso, seco.
¡Ainns!. ¿Sólo me pasa a mi?. He comprado los huevos, la leche y el champú en una hora por la indecisión, ahogada y en llanto, mocosa y con la nariz como un tomate. Al llegar a casa, he duchado a las hadas y mientras desenredaba el pelo de Pitagorina, miraba mi deplorable aspecto frente al Espejo."Niñas, mirad mis ojos y mi nariz, parezco Cruela de Vil", a lo que Pitagorina replica de inmediato: "No mamá, Cruela de Vil, siempre va muy peinada, tú estás mucho peor".
Paseantes, me voy a la cama. 


domingo, 9 de junio de 2013

El Dios de las pequeñas cosas

Ilustración: Pascal Campion
Raras son la veces que vuelvo a releer un libro. Son pocos los que tienen el privilegio. Hoy he vuelto
a mi librería y me he tropezado, otra vez, con "El Dios de las pequeñas cosas", de la escritora ARUNDHATI ROY. Lo publicó Anagrama en 1998, año en el que lo leí por primera vez. Me pareció sublime, delicioso, tierno y humano. 
La dedicatoria de la autora que abre el libro dice así:

A Mary Roy, que me crió, me enseñó a decir "perdón" antes de interrumpirla en público y me quiso tanto como para dejarme marchar.

Después de beberme esas palabras que me han tenido un largo rato entre reflexiva y nostálgica, cómo no, recupero desde hoy mismo su lectura. Es este libro todo un festín literario, la historia de tres generaciones de una familia en el sur de la India y donde se mezclan el amor y la muerte, la lucha por la justicia y el dolor causado por la pérdida de la inocencia, el peso del pasado y las aristas del presente.


sábado, 8 de junio de 2013

Soy todo lo que he leído

Ilustración de Ciia

Leo para aprender,
leo para escuchar,
leo para viajar y para quedarme,
leo para soñar,
leo para pensar y reflexionar,
leo para entender,
leo para crecer,
leo para estar en silencio y escucharme,
leo para ser,
leo para buscar,
leo para encontrar,
leo para descansar,
leo para preguntar,
leo para evadirme, leo para encontrarme.
Soy todo lo que he leído.


La mamá del túnel


jueves, 6 de junio de 2013

Protextrem ATOPIC SUNCARE, en cosas buenas que me encuentro



Si hay algo que extraño habitualmente en mi día a día es el azul y la sal. El mar. Lo extrañan mis ojos y mi alma pero también mi piel y la de mis hijas. Las dos sufren, padecen y resisten los inconvenientes de la piel atópica. Nunca antes de ser mamá, había reparado en la cantidad de niños que sufren ese trastorno. En mi caso, es la pequeña Pizpireta la que más lo acusa. No tolera bien según que tejidos y suele tener brotes dependiendo de la época del año, con rojeces en los pliegues de las piernas que llegan a irritarla a ella y a desesperarme a mí. He probado de todo. Desde los cosméticos más caros del mercado farmacéutico hasta los jabones y cremas marca blanca del supermercado de cabecera. Nada. Un fracaso. Y ahora que llega el buen tiempo y se exponen tanto al sol, que digo tanto, todo el día, porque si no es en el recreo, es en el jardín de casa y luego montando en bici, en la piscina y ya mismo en la playa en vacaciones. Y ya me ves a mí, protegiendo su piel y peleando crema en mano por embadurnarlas a cada momento.
Gama solar de Protextrem. Laboratorios Ferrer

Pues bien, mis queridos paseantes, yo que siempre os traigo cosas bonitas que me encuentro, hoy os dedico en este post una cosa buena que me encuentro y que os recomiendo porque en casa nos está funcionando de maravilla. Se trata del fotoprotector ATOPIC SUNCARE 50 fps, de la gama de Protextrem. Me lo recomendó otra mami de “niño atópico” y lo probé sin expectativas, pero estoy encantada. A las niñas les gusta el olor y la textura de la crema y a mí me gusta ver que su piel no se irrita y se suaviza. De paso me he traído a casa el gel de baño para pieles atópicas y resulta que también es estupendo. Hasta el papi de las hadas está usando la crema solar para sus escapadas en bici. Yo en casa siempre uso protección 50 pero tienen una gama más suave si lo prefieres. Por cierto, toda la gama de productos Protextrem es de LABORATORIOS FERRER. Tan buen resultado me está dando que he decidido convertirlo en el primer producto recomendado por la mamá del túnel del hada.

Os deseo un precioso verano y una piel feliz.

Síndrome de la mujer maravilla

Ilustración: Roman Zaslonov
Astenia, anemia, alergia, agotamiento. ¡Ainns!. Me rodean todas esas AS. Suele sucederme en esta época del año, que llego con la lengua fuera al final de curso. Porque a pesar de mis treinta y largos yo soy de las que empieza el año en septiembre y lo acabo a finales de junio. Tomaba café esta mañana cuando me he tropezado con un artículo que hablaba del síndrome de la mujer maravilla. Vaya, me he dicho, maravilla no, maravillosa que soy yo porque reúno todos y cada uno de los requisitos. No es que me levante cansada, es que me levanto pensando en lo prontito que me voy a acostar por la noche, pero todos los días me sucede igual, que no acabo nunca todo lo que tengo por hacer. Tengo la casa llena de vida, ¡mi vida está llena de vida!. Estoy encantada de serle tan útil a mi familia, a mis amigos y hasta a Wilson que se recupera favorablemente. Pero reclamo, ruego que se alargue el día o que yo aprenda a organizarme mejor. Decididamente tantas cosas por hacer me tienen bloqueada, así que voy a tomar una decisión y voy a separarlas en tres estados:
Primer estado "inevitable". Eso que no puede esperar y que mientras antes me lo quite de encima, mejor.
Segundo estado "cuandopuedassinagobios". Pues eso que puede esperar para cuando tenga un ratito.
Tercer estado "noesnecesario". Y digo yo, todas esas cajas que llevan sin abrir unos cuantos años en el trastero ¿será que no necesito nada de lo que hay dentro?. 
Siempre mamá buscando a Silvia desesperadamente.
Un beso, paseantes.